Hernán Alberto Zúñiga Arnedo, vigilante asesinado.
La más reciente víctima escoltaba un camión repartidor de alimentos cuando se enfrentó a tiros con los delincuentes.
Hernán Alberto Zúñiga Arnedo, de 37 años de edad, prestaba su servicio de vigilancia privada a la empresa Puro Pollo y cómo era propio de su labor, escoltaba los camiones repartidores en sus recorridos.
En la tarde de este lunes no fue la excepción; sin embargo, dos ladrones cambiaron el rumbo de la historia. Sobre las 4:30 de la tarde, el camión repartidor transitaba por la calle 73D con carrera 10, barrio Lipaya, suroccidente de Barranquilla, cuando dos hombres en motocicleta abordaron al conductor de vehículo con el objetivo de, al parecer, cometer un hurto.
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Hernán Alberto, quien iba en una moto detrás del camión, al percatarse de lo que ocurría, intentó frustrar la acción delictiva y se registró una balacera en el sitio.
Como consecuencia, el vigilante de la empresa Colviseg resultó con impacto de bala que le ocasionaría la muerte minutos después cuando recibía atención médica en un centro asistencial.
Entretanto, los ladrones, quienes alcanzaron a hurtar el arma del vigilante, lograron escapar del lugar, pero ya la Policía Metropolitana de Barranquilla tenía conocimiento de lo ocurrido y a varias cuadras de la zona donde se registró el hecho, capturaron a un hombre identificado como Luis Eduardo Sáez Reyes, de 19 años de edad, presuntamente involucrado en crimen y a quien le hallaron en su poder un arma hechiza.
Hay que recordar que este es el tercer vigilante asesinado en lo que va corrido del mes de octubre. El primer caso ocurrió el martes 3 cuando sicarios llegaron a un supermercado al norte de Barranquilla en busca, al parecer, de César Alberto Molina Chávez, alias Checho, presunto miembro de la banda criminal Los Pepes para asesinarlo. En el mismo atentado también murió el vigilante del comercio, identificado como Yordi Esteban Méndez, de 19 años.
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El viernes 6 de octubre, también fue asesinado Andrés Fernando Donado Meza, 33 años, quien cuidaba un predio baldío que, según se ha conocido, es de propiedad del mismo dueño de la empresa de vigilancia para la que laboraba la víctima, cuando llegaron dos hombres en moto y abrieron fuego contra dos vigilantes que se encontraban en el lugar. El otro vigilante logró salir ileso.
La principal hipótesis en este crimen está relacionada con organizaciones criminales que se dedican a las estafas e invasión de terrenos, además porque no es la primera vez que es blanco de atentados a bala
