La otra Barranquilla: en medio del monte y a pasos del Malecón, indígenas Yukpa viven sin agua ni comida

A pocos metros del sector turístico del Gran Malecón del Río, en inmediaciones de la Ventana de Campeones, más de 20 familias indígenas Yukpa sobreviven en condiciones de extrema precariedad.

Se trata de migrantes venezolanos provenientes de la serranía del Perijá que, ante la falta de vivienda, se asentaron en un terreno a orillas de uno de los brazos del río Magdalena.

El asentamiento está conformado por siete viviendas construidas con tablas y techos de plástico, estructuras frágiles que no protegen a indígenas de las lluvias ni del intenso calor.

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Según líderes de la comunidad, allí viven niños, jóvenes y adultos sin acceso permanente a servicios básicos como agua potable, energía eléctrica o saneamiento.

El cacique Víctor López, autoridad de la comunidad, explicó a través del traductor Adwin García, que las principales necesidades son alimento, agua, educación y salud. Indicó que el agua que reciben no es potable y solo llega una vez por semana, por la cual deben pagar 7.000 pesos.

Este recurso es utilizado únicamente para cocinar y beber, mientras que para el aseo personal, niños y adultos se bañan en el río Magdalena, pese a su alto nivel de contaminación.

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En materia alimentaria, la situación es crítica. De acuerdo con los líderes, hay días en los que solo logran comer una vez, y en ocasiones no desayunan. Para subsistir, algunas familias salen a pedir ayuda en la ciudad, reciben alimentos crudos o pequeñas donaciones en dinero. No cuentan con empleos estables debido a su condición de migrantes.

La comunidad también denunció presuntas irregularidades en la entrega de ayudas humanitarias. En una ocasión, aseguran, recibieron leche vencida tras firmar planillas de entrega. El producto no fue consumido por temor a afectar la salud, especialmente de los niños.

Adicionalmente, los indígenas Yukpa manifestaron que pagan un arriendo mensual de 50.000 pesos por familia a una persona que afirma ser propietaria del terreno. No obstante, desconocen si dicha propiedad es legal. El no pago implicaría el desalojo inmediato.

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Las familias Yukpa hicieron un llamado urgente a las autoridades locales, departamentales y nacionales para que intervengan y garanticen condiciones dignas, acceso a agua potable, alimentación, educación para los menores y oportunidades de trabajo que les permitan sostenerse en la ciudad.

Mientras tanto, continúan viviendo en el olvido, a escasos metros de uno de los principales atractivos turísticos de Barranquilla.