
Pese a la polémica generalizada, Eduardo Dávila mantiene su postura en contra del fútbol femenino
A pesar de la lluvia de críticas que ha recibido en los últimos días, Eduardo Dávila, máximo accionista del club Unión Magdalena, reafirmó su postura en contra del fútbol femenino. Lejos de retractarse, el dirigente sostuvo que se trata de una opinión personal y que tiene derecho a expresarla públicamente.
“Yo no apoyo el fútbol femenino. No me gusta y no lo considero una prioridad para el club. Es mi opinión y tengo derecho a tenerla”, afirmó Dávila en declaraciones recientes, que rápidamente se viralizaron y encendieron la discusión en redes sociales.
Le puede interesar: Santa Marta pone en marcha plan de prevención para enfrentar temporada de lluvias
Las reacciones no se hicieron esperar. Diversos sectores del deporte, organizaciones de mujeres, figuras públicas y usuarios en plataformas digitales han expresado su rechazo a lo que consideran una postura retrógrada y discriminatoria.
La Coordinadora Futbolera y Feminista de Colombia denunció en redes sociales que declaraciones como estas “perpetúan las violencias machistas que históricamente han afectado a las mujeres en el deporte”.
Desde el periodismo, ACORD Magdalena también alzó la voz: “El fútbol no tiene género. Lamentamos que desde posiciones de poder se mantengan posturas excluyentes que afectan la construcción de un deporte más igualitario”, expresó la agremiación a través de un comunicado de prensa.
Sin embargo, también han surgido voces que defienden el derecho del dirigente a manifestar su punto de vista, incluso si no lo comparten.
Lean también: Catalina Usme le respondió a Eduardo Dávila tras polémicas declaraciones contra el fútbol femenino
“El problema no es que tenga una opinión, sino que la exprese desde una posición de poder que puede afectar directamente el desarrollo del fútbol femenino”, comentó una exjugadora de la liga profesional colombiana.
En contraste, otros usuarios sostienen que en una democracia debe protegerse la libertad de expresión, incluso cuando genere incomodidad. "Es un país libre, el señor puede decir lo que quiera no lo que la gente quiere escuchar...", expresó otro usuario de las redes sociales.
El debate sigue encendido, y mientras algunos piden sanciones o consecuencias institucionales, otros insisten en que lo dicho por Dávila debe entenderse como una postura personal sin implicaciones directas. Entre tanto, el fútbol femenino en Colombia continúa luchando por espacios, recursos y reconocimiento, en medio de opiniones divididas como la del empresario samario.