
Cuatro personas murieron ahogadas en ríos del Magdalena en menos de una semana: dos eran niños
Cuatro personas, entre ellas dos menores de edad, murieron por inmersión en distintos ríos del departamento del Magdalena durante la última semana. Los hechos, registrados en municipios y corregimientos con alta afluencia de turistas y bañistas, han encendido las alarmas de las autoridades, que reiteran el llamado a la responsabilidad, especialmente de los adultos que acompañan a menores durante sus paseos.
Los casos más recientes ocurrieron el domingo 29 de junio. En horas de la mañana, un niño de 7 años, procedente de Ponedera (Atlántico), murió ahogado en el río Frío, en la Zona Bananera, cuando intentaba alcanzar un juguete que había sido arrastrado por la corriente. El menor se encontraba de paseo con su familia.
Ese mismo día, en el área rural de Santa Marta, otro niño, de 11 años, fue arrastrado por el río Don Diego. El cuerpo sin vida del menor fue hallado al amanecer del lunes festivo, tras una intensa búsqueda por parte de la Defensa Civil y habitantes de la zona.
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Una semana antes, el domingo 22 de junio, dos jóvenes también murieron en hechos similares. Uno de ellos fue el cartagenero Stevenson Saladén Salcedo, de 21 años, quien fue arrastrado por una creciente súbita mientras disfrutaba de un paseo también en el río Frío. Ese mismo día, Jaime Andrés Mercado, de 27 años, perdió la vida cuando tomaba un baño en la cascada El Tigre, en la parte alta de Minca.
El director de la Defensa Civil en el Magdalena, coronel (r) Karlotz Omaña, confirmó que tres de las víctimas provenían de otras ciudades y mostró preocupación por los casos de los dos menores. "Las autoridades han sido reiterativas, especialmente con los padres y cuidadores. No basta con que un adulto esté presente; debe estar pendiente, acompañando activamente al menor durante las actividades en el agua", expresó el funcionario.
Omaña señaló que estas tragedias ocurren pese a las campañas de prevención y educación en torno a la reducción del riesgo. "Es un esfuerzo permanente, diario, en el que nuestros voluntarios orientan e invitan a la comunidad a seguir las recomendaciones para evitar este tipo de emergencias", dijo.
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Recordó, además, que la región atraviesa la temporada ciclónica, lo que incrementa el riesgo de lluvias y crecientes súbitas en los ríos que nacen en la Sierra Nevada. "Estas ondas tropicales generan precipitaciones que inciden directamente en los caudales, por lo que el peligro siempre está latente", advirtió.
El llamado final del coronel Omaña fue a la conciencia colectiva: “Los niños no miden consecuencias ni tienen noción del peligro. Es nuestra responsabilidad, como adultos, acompañarlos, vigilarlos y protegerlos. No podemos seguir lamentando tragedias que, en muchos casos, son evitables”.
Estos episodios, motivados en la mayoría de los casos por la imprudencia y el descuido, transforman en tragedia lo que para las familias de las víctimas era un plan de descanso y disfrute de los paisajes naturales de Santa Marta y el Magdalena en la temporada de vacaciones.