Carnaval de las artes
Cierre del Carnaval de las artes en la Cueva.
Carnaval de las artes
15 Abr 2024 09:29 AM

Con el Rey Momo Juventino Ojito, despidieron el XVIII Carnaval Internacional de las Artes

María Beatriz
López
Se realizó en la calle de la Cueva.

El Rey Momo del Carnaval de Barranquilla, Juventino Ojito, y su Son Mocaná, fueron los encargados de cerrar con broche de oro el XVIII Carnaval Internacional de las Artes, en medio de un conversatorio-concierto que se vivió esta noche en la Calle de La Cueva. 

El telón de carnaval se cerró, dejando un ambiente reflexivo implantado en las mentes de los miles de barranquilleros y foráneos que cumplieron las citas, en cada uno de los espacios que se dispusieron a lo largo y ancho de la ciudad, para disfrutar de esta fiesta de la reflexión como espectáculo. 

Durante cuatro días los asistentes a esta gran fiesta cultural vivieron experiencias memorables enmarcadas en distintos formatos artísticos. Los mismos que permitieron un desborde de sensaciones entre las que reinaron: la alegría, el asombro, la risa, la duda, la emoción y hasta el llanto. 

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La fiesta de la reflexión empezó el pasado jueves en las instalaciones de la Cinemateca del Caribe, con la exitosa presentación del documental 1994, El primer año de nuestras vidas, dirigido por Pablo Astudillo y Julián Duque. Más tarde el turno fue para Un ángel de la calle, filme restaurado por la Fundación Patrimonio Fílmico.

En La Cueva se dio el reencuentro con Cataluña, en una emotiva sesión donde dialogaron los catalanes Neus Castellano y Xavier Colomer-Ribot, con Miguel Iriarte, director de la Fundación La Cueva.

Uno de los conversatorios más aplaudidos fue ‘Gabo, nos vemos en abril’, una interesante sesión en donde Ariel Castillo Mier, Andrea Juliana Enciso, Orlando Oliveros y Guido Tamayo reflexionaron acerca de En agosto nos vemos, la novela póstuma de Gabriel García Márquez.

El jueves terminó en medio de música y creatividad. Primero Castellano leyó el discurso inaugural. Luego vino ‘Ocaso en el Sinú: El Caribe universal de Francisco Zumaqué’, un conversatorio – concierto, en el que participaron: el violinista Leonardo Hoyos, la pianista Beatriz Batista y el maestro Zumaqué. Después Leo Donado y Asendá Abalenga se encargaron de encantar con más música y danza al público del teatro José Consuegra Higgins, que tuvo lleno total. 

Entre viernes y sábado el derroche artístico fue más intenso. Fueron 22 eventos los que se celebraron estos dos días. Todas las presentaciones contaron con excelente asistencia, disposición y participación del público. Entre los momentos más destacados estuvieron: la ponencia ‘Los árabes y Gabriel García Márquez’, a cargo de la egipcia Heba El Attar; la presentación del trompetista ‘Pachalo’ y su Sabor Cubano; el conversatorio ‘Abrazar la vida’, en el que la ruandesa Dydine Umunyana habló sobre su espíritu resiliente, luego de haber sobrevivido al genocidio ocurrido en su país; y el homenaje a los 100 años de la Sonora Matancera, un vibrante conversatorio – concierto en el que el puertorriqueño Jorge Maldonado y Son de La Cueva pusieron a gozar a los asistentes de la Calle de La Cueva.     

El domingo estuvo movido en la mañana con el taller de interpretación vocal: ‘¿Cómo encontrar la voz de la canción?’, liderado por la poeta y cantante brasilera Ana Luiza, ocurrido en la Universidad del Norte; y en la tarde con la maravillosa presentación de la brasilera, quien junto a su coterráneo el guitarrista Thomas Howard, deleitaron al público.

Este Carnaval Internacional de las Artes trajo a 60 invitados especiales entre internacionales, nacionales y locales. Destacan entre ellos: artistas, periodistas, realizadores audiovisuales, escritores, narradores, activistas, conferencistas, académicos entre otras labores. Este mega evento multiformato se vivió en: la Cinemateca del Caribe sede Country, La Cueva, la Calle de La Cueva, la Alianza Francesa, el Teatro José Consuegra Higgins, la Universidad del Norte, la Universidad del Atlántico, la Biblioteca Piloto del Caribe y el Centro Cultural Nueva Colombia.

Sin duda esta fiesta de la reflexión como espectáculo quedó marcada en el corazón del público y la historia cultural de Barranquilla y el país.

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