¡Por quejarse del pickup! Canadiense denuncia amenazas tras reclamar por ruido excesivo donde vive en Santa Marta

La tensión por problemas de convivencia en el barrio Nueva Galicia, en Santa Marta, escaló a un punto preocupante. Dave Rivard, ciudadano canadiense residente en la zona, denunció que fue amenazado por un vecino después de presentar reiteradas quejas por ruidos excesivos y contaminación ambiental, presuntamente generados por un taller improvisado de motocicletas y un discobar que operaría sin control.

Rivard asegura que la situación no es nueva y que lleva meses elevando reportes. “He estado al frente del inspector de Policía, participé en una audiencia pública en septiembre, pero el ruido no solo continúa, sino que parece empeorar, quizás por retaliación”, afirmó. Según su relato, los sonidos provenientes del taller, instalado en un patio residencial frente a su ventana, alcanzan niveles que describe como “extremos”, al punto de generar vibraciones en pisos y escritorios.

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El ciudadano asegura que no se trata solamente de música fuerte. “Es el ruido de motos, un taller clandestino que opera a pocos metros de mi habitación. No solo me afecta a mí, afecta a todos los vecinos. Hay momentos en los que el sonido parece superar los 100 decibeles”, señaló. A esto suma la presencia de humo y olores a gasolina dentro de los apartamentos, lo que considera un riesgo para la salud.

Rivard afirma que, pese a los llamados constantes a la Policía, las molestias continúan. “Llevo lidiando con esto desde marzo. He hecho reportes, he hablado con las autoridades, pero la situación sigue igual. Soy el único que ha puesto la cara ante las entidades y eso parece haber generado molestias entre algunos vecinos”.

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Según su testimonio, fue justamente esa exposición la que desencadenó las amenazas. El hecho ocurrió cuando se dirigía a hacer compras y pasó frente a la vivienda involucrada. “Me estaban esperando. Me confrontaron y me dijeron que ya me había ‘pasado de calidad’ por hacer que la Policía llegara al sector”, relató. También afirma que uno de los hombres lanzó expresiones xenófobas vinculadas a su nacionalidad y advirtió que, si persistían las quejas, subirían hasta su apartamento.

El ciudadano indicó que ya informó del caso al inspector de Policía y que hoy acudirá a la Fiscalía para formalizar la denuncia por amenazas. Mientras tanto, asegura que él y su esposa han tenido que tomar medidas adicionales para sentirse seguros, ante lo que consideran una ausencia de controles y respuesta institucional.

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El caso abre nuevamente el debate sobre los conflictos de convivencia en zonas residenciales de Santa Marta y la capacidad de las autoridades para mediar cuando la disputa involucra ruido extremo, contaminación y posibles riesgos para la integridad de quienes denuncian.