
El presidente Gustavo Petro hizo el llamado a que los locales comerciales del Paseo Bolívar se mantuvieran abiertos durante el cabildo popular que se realizó este lunes, pero a pesar de eso, gran parte de los comerciantes optaron por cerrar sus negocios ante el temor de posibles actos de vandalismo y alteraciones del orden público.
Desde tempranas horas del día, el panorama en la zona céntrica de Barranquilla —especialmente entre las carreras 46 y 44— mostraba esteras abajo y vitrinas cerradas. El contraste era evidente frente a la llegada paulatina de buses fletados con simpatizantes del Gobierno, que desde el mediodía comenzaron a llenar el espacio dispuesto para el evento político, el cual estuvo abarrotado hacia las 2 de la tarde.
"No tienen por qué cerrar locales, el progresismo los abre y no los cierra", escribió el presidente Petro en su cuenta oficial de X (antes Twitter), intentando disipar temores entre los comerciantes.
Sin embargo, la realidad fue otra. Según lo estipulado por la Asociación de Vendedores del Centro (Asovendedores), los negocios estaban autorizados a operar solo hasta el mediodía. Joaquín Cervantes, presidente del gremio, señaló a través de redes sociales que la jornada representaría un impacto negativo para el comercio formal del sector.
“Esto tiene una implicación en el desarrollo económico (…) vamos a tener una afectación porque la jornada va a disminuir”, manifestó Cervantes.
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De acuerdo con estimaciones del gremio, los comerciantes del Centro dejarían de percibir ventas por más de $100 millones como resultado del cierre anticipado, una cifra que refleja la importancia de este corredor comercial en la economía local.
El cabildo popular, convocado por el presidente tras el hundimiento de la consulta popular que buscaba respaldar sus reformas, fue presentado como un espacio para "impartir instrucciones al pueblo de Colombia". No obstante, su realización generó divisiones entre los sectores productivos del centro de la ciudad y quienes respaldan la agenda política del Gobierno.
El evento transcurrió con una amplia participación ciudadana, pero con un impacto económico significativo para cientos de comerciantes, quienes enfrentaron una jornada atípica y de baja facturación en uno de los sectores más dinámicos de Barranquilla.