Tragedia Armero
Suministrada
13 Nov 2020 06:26 AM

"Armero es la clásica tragedia anunciada": Juan Gossaín

Félix Eduardo
Ramírez
35 años después el periodista y escritor recuerda, como vivió uno de los días más dolorosos en la historia de Colombia.

El país no terminaba de recuperarse de la masacre ocurrida y que ya era calificada como un holocausto en el Palacio de Justicia en Bogotá, en un hecho que fue perpetrado por un comando del M-19, cuando la naturaleza, valiéndose del poder oculto del volcán Nevado del Ruiz, borró del mapa la próspera población de Armero en el norte del Tolima.

Una fecha que marcó y se llevó la vida de miles de personas, que murieron sin saber, producto no solo del deshielo del Ruiz, también por culpa de la negligencia de un estado que evadió, hasta el último momento su responsabilidad en lo ocurrido.

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La mañana del 13 de noviembre de 1985, inició como cualquier otra para el entonces director de Radiosucesos RCN Juan Gossaín, quién llegó como era habitual, aquella madrugada a cumplir con la labor que le atañe a todo comunicador, transmitir las noticias más importantes a su audiencia, sin saber que se enfrentaría por segunda vez en menos de una semana, a uno de los hechos más dolorosos para la historia de Colombia.

Han pasado 35 años y aún hoy, el periodista y escritor en diálogo con Alerta Tolima y Alerta Caribe recuerda como la tragedia se habría podido evitar, recalca lo próspero del viejo Armero y con algo de nostalgia, hace remembranza a los instantes que tuvo la oportunidad de compartir en este municipio con varios amigos.

A juicio de Gossaín, Armero es "uno de los precios más altos que los colombianos hemos tenido que pagar", "la clásica historia de una tragedia anunciada", de la cual el gobierno no se quiso dar por enterado, a pesar de los avisos que enviaba la naturaleza un año antes.

Una sensación distinta en el aire y el presentimiento de que algo no estaba bien, fueron los primeros indicios que inquietaban al periodista en el inicio de su jornada, señales que tomaron sentido cuando un piloto amigo de aviación lo llamó y en una sola frase le resumió sus temores "Armero no está ahí".

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La contundencia de estas palabras, fueron el punto de partida de un día vertiginoso que no le permitió regresar a casa, porque como él mismo lo resume, estos hechos "debían generar una unidad nacional".

Como si se tratase de una lección de periodismo traída de tiempos atrás al presente, demuestra con sus palabras que la reportería se lleva en la sangre y es ella, la que permite dejar de lado el agotamiento para cumplir con una labor, motivación que pocos entienden, pero que está cargada de un inmenso valor.

Las palabras de Juan Gossaín no solo reflejan el dolor que sufrió una nación, demuestran que ante todo el periodista es humano y contrario a lo que muchos pueden llegar a pensar, siente y lleva en el alma todos y cada uno de esos momentos que transmite, los guarda en su corazón.

Lleva en sus pensamientos el recuerdo de Omaira Sánchez, exalta la labor de sus colegas periodistas, lamenta el olvido al que muchos fueron sometidos.

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Como su eslogan "la verdad por encima de todo", el maestro del periodismo colombiano deja al descubierto una realidad innegable, Armero desapareció, pero no así la negligencia del estado, el mismo que se negó a la verdad y dejo en total desprotección a los sobrevivientes.

Pasan los años, las ruinas siguen en pie, el dolor aún marca la memoria de los armeritas, donde hubo muerte y llanto, ahora la naturaleza se abre paso y toma para si, lo que por conveniencia muchos olvidaron.