Ilustración de historia escuchada en una calle de Cartagena
Ilustración para Welsh Mabinogion por Anton Tokarev
Anton Tokarev
2 Feb 2020 04:29 PM

La brujería la secó

Esta es la primera de una serie de historias, de las que a diario se escuchan en las esquinas de nuestros barrios.

Por: Luis Carlos Betancurt

Cuentan los que historias saben contar, que en el populoso barrio Olaya Herrera la gente por estos días de fritos y festividades de la virgen de la Candelaria están con los pelos de punta, pidiéndole de rodillas a la 'virgencita' que aleje para siempre a una bruja que los tiene atormentados.

Una bella mujer que era la envidia de todas las vecinas del sector y la atracción de los hombres del lugar;  (Eso no tendría nada de misterioso, si esta de la noche a la mañana no hubiese sufrido tremenda transformación que nadie esperaba y que aún hoy genera toda clase de habladurías además de malos pensamientos en el barrio y sus alrededores). Se fue secando, el cabello se le cayó, el color de la piel le cambió, tenía muy mal olor, parecía una momia en vida, en su rostro se veía la muerte.

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El poco de gente empezó a llegar y a decir a las afueras de la casa de esta: Se envenenó por despecho, la pringó un tipo que vino de tierras lejanas y se perdió, eso es un maleficio que prepararon en la sierra nevada de santa marta, otros afirmaban que el bebedizo lo habían preparado era en la guajira, que era mal de ojos de seguro(…) 

Cosas que dice y cree la gente, de los que habían llegado a ver la que antes era la mujer más hermosa del barrio y sus alrededores cargando la lápida en el pecho; Salió una voz calmada de una vieja que dijo: "Están buscando donde no hallarán nada, está pagando por que rompió un corazón enamorado". En medio del asombro y temor de todos, siguió explicando que la mujer a quien ella le quitó el marido, la mandó a secar con brujería (…) 

Todas las noches una lechuza vuela hasta el techo de su casa -Señalando a la cadavérica mujer-, le chupa la vida por el ombligo con un hilo de plata mientras esta duerme; Las personas voltearon a mirar el último suspiro de la mujer o lo que quedaba de ella, un señor que hacía parte del grupo preguntó: "¿Y usted porque sabe eso?". No hubo respuesta, todos miraron al mismo tiempo donde antes se encontraba la vieja y solo vieron un trapo negro en el piso y a lo lejos se escuchó el sonido de una lechuza alejarse.

Esta historia la viví, la tengo tan clara y presente, pocos días han pasado hasta hoy, aún no se acaban las fiestas de la Virgen de la Candelaria y desde ese día voy a la iglesia a pedir por aquella vida que se secó y pa´ que no vuelva la que voló.

 

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