
Rotinet le puso sabor a su historia: 4.000 vasos de mazamorra y un homenaje al fogón de las matronas
Con el calor del Caribe, el aroma a maíz cocido y el legado vivo de sus matronas, el corregimiento de Rotinet se vistió de fiesta durante la quinta edición del Festival de la Mazamorra, donde tradición, turismo y economía popular se dieron la mano.
Más de 4.000 vasos de mazamorra, el postre insignia de esta tierra, fueron servidos entre el sábado 12 y el domingo 13 de julio, en un evento que rindió homenaje a las mujeres sabias del fogón y posicionó a Rotinet como un destino gastronómico con identidad.
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Bajo el lema “Sabor de pueblo, memoria viva”, más de 20 matronas ofrecieron siete variedades de mazamorra, desde el tradicional peto de maíz hasta versiones creativas con auyama, guandú, coco y plátano. Cada vaso, vendido a $7.000, no solo llenó estómagos, sino que fortaleció los ingresos de las cocineras y de los 15 emprendimientos locales que participaron.
“Aquí no solo se cocina, se preserva una historia”, dijo Harold Salazar, gestor cultural que no se pierde ni una edición del festival.
El evento, que hace parte de la Ruta 23 de la Gobernación del Atlántico, no solo celebró la cocina ancestral, sino que consolidó un modelo de turismo de experiencias que impulsa la economía del sur del departamento.
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El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, se puso la cuchara al hombro y recorrió los puestos de las matronas, probando recetas tradicionales y compartiendo con la comunidad. “La cocina ancestral es una riqueza viva que debemos proteger y promover”, dijo, mientras acompañaba la entrega de kits de cocina a las matronas participantes, que incluían ollas, molinillos y cucharones.
La agenda del festival también incluyó conversatorios sobre soberanía alimentaria, talleres de cocina tradicional, concursos de sazón, y presentaciones musicales que mezclaron ritmos del Caribe y del Pacífico, creando un ambiente de fiesta y orgullo colectivo.
Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a María Concepción Guerrero, una matrona de 65 años que representa con dignidad el legado culinario de Rotinet. Entre aplausos y abrazos, recibió el reconocimiento de su gente y de las nuevas generaciones.
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Para Verónica Cantillo, secretaria de Cultura del Atlántico, el festival demuestra cómo la cultura puede ser motor de desarrollo. “Seguimos apoyando estos festivales porque fortalecen la economía popular y rescatan nuestras raíces gastronómicas”, afirmó.
El evento cerró con música, alegría y una cifra que lo dice todo: cerca de $28 millones en ventas proyectadas, un impulso clave para la comunidad y una muestra del potencial que tiene el turismo cultural y gastronómico en territorios rurales.
“El fogón es nuestro centro de saberes. La mazamorra es más que un postre, es una herencia hecha con amor”, concluyó Jorge Reales, alcalde de Repelón.