
Censo calcula cerca de 700 familias afectadas por el aguacero más fuerte del año en Santa Marta
El pasado domingo, Santa Marta vivió una de las tardes más angustiosas del año. Una lluvia intensa que no dio tregua durante tres horas dejó tras de sí destrucción, desespero y cerca de 700 familias afectadas. En barrios como Pescaíto, Villa U, Malvinas, Bastidas, La Lucha, Taganga, Nacho Vives y Parques de Bolívar, entre otros, las escenas fueron las mismas: enseres y vehículos flotando, niños y mascotas alzados en brazos para cruzar calles convertidas en ríos, casas inundadas y vecinos tratando de salvar lo poco que les quedó.
“No se salvó nada. El agua nos llevó los colchones, la nevera, todo”, cuenta María del Carmen, una madre de tres hijos en el barrio Villa Aurora, mientras sigue removiendo entre el desastre a ver si puede salvar alguna de sus pertenencias.
Según reportes de la Oficina para la Gestión del Riesgo, cayeron 155 milímetros de agua en apenas tres horas, lo que convierte esta emergencia en la más grave del año. Tres viviendas colapsaron por completo; dos en el Cerro de las Tres Cruces y una en Villa Tabla; decenas más quedaron seriamente afectadas en su estructura.
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Frente al desastre, el alcalde Carlos Pinedo Cuello encabezó un Consejo de Gobierno extraordinario y movilizó a su gabinete a las zonas afectadas. Asegura que “las botas están puestas”, pero en barrios como Nacho Vives y San Fernando, las necesidades desbordan la capacidad de respuesta.
En San Fernando, los trabajos de remoción ya han retirado más de 150 metros cúbicos de sedimento rocoso. La Alcaldía Distrital y la Gobernación del Magdalena han desplegado maquinaria pesada, mini cargadores, volquetas y “pajaritas” (camiones especializados) operan en varios puntos, pero el panorama sigue siendo desolador. En Nacho Vives, incluso, las labores están detenidas mientras baja el nivel del agua.
“Desde que llegamos no hemos parado, pero la magnitud de la emergencia nos sobrepasa”, admite un operario mientras dirige un volteo en Bastidas.
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Rebose de alcantarillas y vigilancia a la EBAR
Aunque la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) Norte sigue operando con normalidad, en varios sectores hubo rebosamientos que agravaron las inundaciones. Según el gerente de Infraestructura, Luis Felipe Gutiérrez, esto se debió al colapso momentáneo del sistema de alcantarillado ante la intensidad de la lluvia.
Entre tanto, la Oficina de Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Distrito, los organismos de socorro como la Defensa Civil y la Cruz Roja avanzan en la elaboración del censo oficial para cuantificar los daños y pérdidas.
De igual manera, la administración distrital activó la campaña “Santa Marta te necesita”, invitando a la ciudadanía a donar alimentos, ropa, colchones y agua potable. El punto de acopio está habilitado en Casa Grande, Mamatoco.
“Hoy nos toca ayudar. Esta tragedia puede tocar a cualquiera”, expresó un voluntario que llegó a donar mercados.
Alerta Naranja se mantiene
La OGRICC advirtió que la ciudad sigue en Alerta Naranja por posibles nuevas emergencias ante las lluvias que se avecinan. El IDEAM prevé una leve disminución de las precipitaciones, pero la amenaza persiste.
Santa Marta sigue intentando reponerse. En barrios donde la lluvia se llevó lo poco que había, las voces de la comunidad claman por soluciones, pero también demuestran resiliencia ante la magnitud de esta tragedia que golpea a miles de samarios.
“Sabemos que esto no se arregla en un día, pero por lo menos que no nos dejen solos”, suplica don José, un adulto mayor en Bastidas que tuvo que pasar la noche a la intemperie porque el agua acabó con sus enseres.