Unimagdalena devuelve piezas arqueológicas a pueblos de la Sierra Nevada en un proceso histórico de reparación cultural
Entrega de piezas arqueológicas en la Sierra Nevada.
Cortesía Universidad del Magdalena.
4 Dic 2025 10:46 AM

Unimagdalena devuelve piezas arqueológicas a pueblos de la Sierra Nevada

Angy
Cueto Martínez
Diecisiete elementos sagrados regresaron al resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco.

La Sierra Nevada de Santa Marta fue escenario de un hecho que trasciende la academia y los protocolos: la devolución de patrimonio arqueológico a las comunidades indígenas que lo resguardan desde tiempos ancestrales. La Universidad del Magdalena entregó al resguardo Teykú Bunkwanezhaka, en el sector de Pueblito, 17 piezas sagradas que habían permanecido bajo su custodia desde 2008, cuando la concesión del Parque Tayrona ordenó su salida del territorio.

El retorno incluyó bastones ceremoniales, tumas, metates, manos de moler y otros objetos pertenecientes a la colección Shairama, excavada en la década de 1940 por el antropólogo Gerard Reichel-Dolmatoff. Para los pueblos de la Sierra, estos elementos no son piezas arqueológicas, sino parte viva de su sistema espiritual.

“Este no fue un acto administrativo más. Fue un acto de memoria. De justicia cultural. De retorno”, afirmó el rector de la Universidad del Magdalena, Pablo Vera Salazar, quien acompañó el proceso junto a autoridades del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), Parques Nacionales Naturales y líderes tradicionales.

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Vera insistió en la necesidad de cambiar el paradigma con el que históricamente la arqueología y las instituciones han tratado estos bienes: “La visión de extraer del territorio para convertir en objeto museográfico debe transformarse. Hay que devolver este patrimonio a las comunidades vivas, a las comunidades ancestrales que hacen parte de ese legado”.

Los mamos y líderes Kogui recibieron las piezas en un acto cargado de simbolismo. Para ellos, el retorno es parte de un proceso mayor de sanación. “Los elementos sagrados son los que hacen respirar al ‘Corazón del Mundo’. Esto no es solo para los pueblos de la Sierra sino para la humanidad”, expresó Luis Nuvita, autoridad de la comunidad.

El llamado de los mayores fue directo a todas las instituciones que aún conservan objetos sagrados para que los devuelvan. No se trata únicamente de patrimonio cultural, recalcaron, sino de equilibrio espiritual y ambiental. “La naturaleza está enferma y con estos elementos se hace la reparación física y espiritual”, dijeron.

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El rector Vera coincidió en ese enfoque: “Estos objetos no solo tienen un significado espiritual. Como lo explicó el Mamo, ayudan a reequilibrar el mundo y a combatir el cambio climático. Es un acto de humildad devolver aquello que la ciencia, en su visión extractivista, tomó del territorio”.

El proceso se realizó tras un trabajo articulado de verificación, clasificación y acompañamiento institucional. Patricia Saldaña Pérez, jefa del Parque Tayrona, destacó que la coordinación entre entidades permitió cumplir los requisitos y garantizar que la devolución se hiciera en condiciones respetuosas con la Ley de Origen y el gobierno propio indígena.

Con la tarde cayendo sobre la montaña, las piezas regresaron al silencio espiritual de Pueblito. Para las comunidades, volvieron a casa. Para la Universidad del Magdalena, quedó sellado un acuerdo que buscará fortalecer la protección del patrimonio vivo y el diálogo entre saberes académicos y ancestrales.