
‘Club de Tejedoras’ presenta en Barranquilla su primera colección para vestir el hogar
En las cinco localidades de Barranquilla y en Puerto Colombia, un grupo de 930 mujeres se reúnen cada semana para tejer mucho más que hilos: tejen comunidad, apoyo mutuo y oportunidades. Son 16 Clubes de Tejedoras distribuidos por toda la ciudad, integrados por artistas artesanas que han encontrado en el tejido una forma de fortalecer sus ingresos, preservar un oficio tradicional y construir redes de solidaridad entre vecinas.
Es un modelo de aprendizaje colaborativo diseñado por Inpsicon Ltda., en alianza con empresas del sector público y privado que se enfocan en ampliar capital social. La entrada es libre, los Clubes de Tejedoras no se reservan derecho de admisión, funcionan como espacios de encuentro y aprendizaje compartido, donde las participantes comparten técnicas, desarrollan nuevos diseños y se acompañan en sus procesos de crecimiento personal y colectivo. Más allá de la labor artesanal, son una plataforma de empoderamiento femenino y economía popular, que fomenta la autonomía económica y la transmisión de saberes de generación en generación.Las tres variables que trabajan son: el ser, tejer y emprender.
Le puede interesar: La Universidad de Córdoba donó 300 kilos de frijol Caupí a Haití para combatir el hambre
Fruto de ese trabajo constante y colaborativo, los Clubes de Tejedoras llegan ahora a Muebles Jamar con una colección de pie de sobrecamas tejidos en crochet, elaboradas completamente a mano. La muestra, instalada en la tienda de la calle 77 fue muy admirada, cada pieza puede adquirirse por encargo a través de contacto directo con tejedoras de los clubes, garantizando así que la ganancia llegue de forma directa a las artesanas.
Cada pie de sobrecama es el resultado de horas de dedicación, puntada tras puntada, en un proceso que combina técnicas heredadas y diseños contemporáneos. Las piezas no solo se exhiben como obras de arte textil, sino que también representan la unión entre tradición, creatividad y el valor del trabajo colectivo. Hacerlo con varias manos, es un logro distintivo de la colección, desafiando el mandato de que el crochet no se teje en equipo.
Merce Botero, coordinadora del proyecto Clubes de Tejedoras, destaca el significado de esta colaboración. “Esta alianza con Muebles Jamar es una oportunidad para que el talento de nuestras tejedoras llegue a nuevos mercados. Queremos que la ciudadanía reconozca y valore que detrás de cada pieza hay una historia de esfuerzo de equipo, desarrollo comunitario y amor por el crochet, que tanto nos une y nos transforma.”
Es admirable la estética, cada diseño refleja un diálogo entre tradición y contemporaneidad, mostrando la diversidad de estilos que existe entre los 16 clubes participantes.
Mery Pérez, líder de tejido del proyecto de ‘Club de tejedoras’, resalta el orgullo de su equipo. “Tejer no es solo un trabajo, es una forma de vida. Aquí encontramos apoyo, aprendemos unas de otras y creamos juntas. Ver nuestras piezas en un espacio como Muebles Jamar nos llena de motivación para seguir creciendo como club y en comunidad.”
La muestra en Muebles Jamar también pretende inspirar a otras mujeres y hombres de la ciudad a sumarse a los clubes o a iniciar sus propios proyectos de tejido, fomentando así un círculo virtuoso de aprendizaje, producción y comercialización.
Gloria Torres, vicepresidenta de Muebles Jamar, explica la visión de la empresa. “En Jamar creemos que el hogar se construye con historias, y cada uno de estos pie de sobrecamas cuenta la historia de manos que trabajan unidas. Esta es una forma de abrir nuestras puertas a la comunidad, de darle un espacio a la economía popular dentro de un escenario comercial, y de apoyar el desarrollo sostenible de nuestra región.”
La alianza refuerza la importancia de integrar a los pequeños productores y artesanos dentro de cadenas de distribución más amplias, es comercio justo y consumo responsable de productos locales hechos a mano.
Además, la venta por encargo permite una producción responsable, evitando el desperdicio y asegurando que cada pieza se haga a la medida del cliente. Este modelo fomenta la personalización y mantiene viva la conexión directa entre creador y comprador.
Con este proyecto, los Clubes de Tejedoras de Barranquilla, Puerto Colombia y Muebles Jamar dan un paso importante hacia la valoración del oficio artesanal en red, como motor de desarrollo económico y social. En cada puntada, se teje también una red de oportunidades, identidad y esperanza.
Le puede interesar: “Perdonen al pueblo de Tierra Bomba”: Consejo Comunitario se disculpa y devuelve dinero a turistas mexicanos