Es la única bombera en Cartagena
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31 Oct 2021 10:18 AM

“Dios me encerró para tener a mi hija en pandemia”: Bombera de Cartagena

Orlando
Ramos Esalas
Nunca pensó ser bombera, pero gracias a una amiga que tiró la toalla en el curso, terminó enamorada de la profesión

A diario en los barrios de Cartagena nos encontramos con personajes que son de esos echados pa’lante, quienes trabajan sin cesar en busca de mejorar la calidad de vida de otras personas, arriesgando incluso las suyas.  

Este es el caso de Luz Nelli Chico Hernández, quien ostenta el título de ser la única mujer bombera que tiene la ciudad de Cartagena. Y no es que esto le  enorgullezca del todo, su deseo es que algún día la institución esté llena de femeninas capaces de ejercer este trabajo como ella; no para demostrarles a los hombres que ellas sí pueden, sino para trabajar y estar listos y listas con honor, abnegación y disciplina ante cualquier emergencia.

Esta mujer de piel morena, raizal de pura cepa, parida en el barrio Bruselas y criada en Altos de San Isidro, a sus 31 años (“soy apenas una cachorra”, como dice ella), es Trabajadora Social, pero fue en el Cuerpo Oficial de Bomberos de Cartagena de Indias donde se topó con su verdadera vacación: servir a los demás.

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Su historia en el cuerpo de socorro inicia en el año 2014, cuando una amiga la invitó para que la acompañara a hacer el curso de ingreso. ¡Claro está!, ella solo fue en plan de compañía, mas no tenía inclinación para ser bombera.

Allí conoce al comandante de la institución, Joel Barrios Zúñiga, quien de inmediato empezó a conquistarla para que hiciera también el curso e ingresara, pero en ese momento ella no lo tenía claro. Al final, se decidió, hizo el curso por inquietud, para explorar, y, a medida que avanzaba, se fue entusiasmando y enamorando de la profesión. De su amiga, nos contó que tiró la toalla. 

Un año después, en el 2015, sintió que Dios le habló mientras se congregaba en la iglesia: “Recibí una palabra en la Iglesia que me marcó mucho, o dividió la historia de mi vida, y confirmé que Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros, y el propósito de Dios para con mi vida era que entrara aquí”, confesó.

Ante la pregunta sobre qué se siente ser la única mujer bombera de Cartagena, nos contestó.
R/a. Primero decirte que es una responsabilidad muy grande seguir cargando con este título. Yo quisiera que, hoy, más mujeres pudiesen vincularse al Cuerpo de Bomberos. 
Ejercer la labor, te cuento resulta ser fascinante, pero a la vez un poco desgastante, no nos podemos llamar a engaños, por ser una labor operativa, y por las condiciones en las que nosotros trabajamos, pero al final, desde tu corazón queda la satisfacción del deber cumplido. Mi gran reto es que más mujeres sean bomberas.

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-Luz, ¿Cuándo ingresó al Cuerpo de Bomberos?
R/ta. Yo me posesioné el 30 de noviembre del año 2017, pero ingresé oficialmente el primero de diciembre. 

Me sentía intrigado por saber más sobre esta mujer que, al momento de una emergencia, entra en acción como cualquiera de sus compañeros; por eso, fui directo a esta pregunta: ¿Cuál fue la primera misión dentro de la institución?
R/ta. Endulzar los corazones de todos ellos (inmediatamente después de decir esto, soltó una carcajada). ¡Eso fue la locura!, o sea, ellos vienen acostumbrados a más de veinte años de estar juntos. Tú te imaginas eso, hombres en su rutina de salir en sus fachas, dormir como sea, y entrar una mujer a invadir ese espacio. Entonces, la primera misión fue esa, para hacerles entender que sí se puede dar una dinámica en la que trabajen con mujeres.

¿Bueno, y la primera misión de campo? 
R/ta. La primera emergencia a la que yo asistí, recuerdo que fue con un forestal en el kilómetro 5. Y la primera experiencia, en cuanto a rescate que haya marcado mi vida, fue la que sucedió el 17 de diciembre del año 2018 en el barrio Olaya Herrera, donde se incendió una casa. La mamá estaba en una tienda y dentro de la casa había una bebita, llegamos y ya todo estaba consumido. Empezamos a buscar el cadáver de la bebé, yo tenía mi pierna derecha allí al lado de la niña, pero no la había visto, en un principio pensábamos que era un animalito, cuando la levanté que me enfoqué con la cara de la niña, eso fue algo que marcó mi vida, hablo del tema y todavía se me arruga el corazón y se me corta la voz, porque son situaciones difíciles de olvidar, porque soy madre de una niña, -Chico Hernández, suspiró y continuó-  solamente la fortaleza en Dios ha permitido que aún, en medio de tantas situaciones, yo siga aquí.

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¿Cómo es la convivencia con tus compañeros?
R/ta. Uno entra en la dinámica de las cosas, nosotros trabajamos turnos de 24 horas, por lo tanto, uno termina acoplándose al modus vivendi de ellos, uno aprende a conocer los temperamentos, qué no les gusta, qué les gusta, ellos no han tenido que acoplarse a mí, yo, definitivamente, me he acoplado a ellos y me volví un hombre más. ¿Por qué lo digo de esta manera?, porque mantener la feminidad, o la esencia femenina dentro de esas situaciones, a veces es difícil y se hace necesario dejarlas a un lado, y entrar a escucharlos y compartir con ellos, eso sí, guardando el respeto. Y cuando salgo de ahí, retomo de nuevo el papel de la mujer, la mamá, la ama de casa, la esposa, en fin.

¿Cómo está conformado su hogar?
R/ta. Bueno vivo con Carlos Cabarcas hace más de 10 años, y tenemos pensado casarnos este añoooooo, nadie lo sabía, mi familia no la sabia ¡Mamiiiii, perdónameeeee! -dice, al tiempo que suelta una carcajada-; y tenemos una hermosa bebé. La interrumpí en su emoción para saber cómo hace para atender a su futuro esposo e hija y cumplir con el trabajo.

La pandemia del Covid-19, para muchos, ha dejado tragedias en las familias por las muertes que se han presentado, pero en la misma pandemia han surgido esperanzas. En el caso suyo, ¿la pandemia se ha convertido en una esperanza de vida?, ¿por qué? 

R/ta. No había podido tener bebés por el mismo trajín del día a día, y no había planificado, y llega la pandemia y no tuve la necesidad de ir al médico para tratamiento ni nada. Yo estoy trabajando cualquier día y empiezan los malestares, y yo dije ¡estoy embarazada! mi esposo decía “¡Noooo! eso tiene que ser gastritis: tú comes mucho; es que allá los bomberos comen mucho”. Me hice el examen ¡y qué sorpresa! Dios me regaló mi hija. Dios me recogió en pandemia, yo duré quince meses desconectada de todo, del mundo, para recibir a mi hija, quien es mi vida, mi todo, mi motor. Se llama Abigaíl y tiene diez meses, ya camina, tiene dientes, muerde, jala pelos (ríe sonoramente), puya ojo.

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¿Cuál es el mensaje de una mujer bombera para las demás chicas?
R/ta. Fe, enfoque y disciplina. Fe: agárrate de Dios para que él oriente tus metas; enfoque: visiónate dónde quieres estar, adónde te quieres dirigir, y mueve esas fuerzas vivas para que se confabulen a fin de alcanzar tus objetivos; y disciplina: mantente allí para que se den las cosas.

Luz Nelli Chico Hernández
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Comandante Cuerpo Oficial de Bomberos
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A las mujeres hay que decirles que la sociedad nos ha estado vendiendo conceptos muy diferentes. Hoy nuestras familias, nuestras amigas, nuestras vecinas, ven en otros medios la manera de conseguir las cosas; lo fácil viene, lo fácil se va, lo realmente difícil es lo que tú luches, lo que tú construyes, lo que tú trabajes. Hemos perdido la fe en Dios, el enfoque hacía donde nosotras queremos llegar. O sea, hemos confundido la libertad con el libertinaje.

Luz Nelli queda en silencio pero atenta a las posibles preguntas que pudieran surgirme, pero yo también me he quedado en silencio. No tengo más preguntas, sólo mi admiración por esta mujer y su historia de vida; me siento afortunado de haberla entrevistado y de lo bien que todo ha salido. Le digo que ya terminamos y de lo muy agradecido que estoy por haber compartido su historia conmigo y su sonrisa tranquila es como si me dijera “De nada”. 

Cuando nos despedimos, aún está sonriendo, esta vez, con mayor alegría, como diciendo con ello que también se siente satisfecha con el resultado de la entrevista. Dejo detrás de mí a aquella mujer empoderada de su profesión que viste botas, bombacho y todos los perendengues que utilizan los bomberos. Sobre nuestras cabezas, los tonos amarillos y rojos de un cielo que anuncia el final de la tarde, parecen un incendio. Sonrío y sigo caminando hacia la salida del barrio. 

Fuente
Alerta Caribe